El Niño y sus impactos en la Resiliencia Energética de Panamá

lunes, julio 10, 2023 - 08:28

Por Julio Diaz Cohen, Chair del comité de energía. 

Tras tres años de enfriamiento del Océano Pacífico y la presencia de una de las fases de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés) más largas de los últimos 15 años, en febrero de 2023 los expertos meteorólogos confirmaron el fin de La Niña y advirtieron de la posible formación de El Niño hacia mediados y finales de este año.

Desde abril, la fase cálida del patrón climático ENSO ha estado presente, y los distintos modelos predictivos coinciden en indicar que la probabilidad de permanencia de este evento es superior al 90% para el periodo de Junio 2023 a Marzo 2024.

Los análisis de principio de junio indican que existe un 84% de probabilidad de que el fenómeno de El Niño tenga una intensidad al menos moderada, y un 56% de probabilidad de que se convierta en fuerte.

Pero ¿qué significa esto para la industria energética de nuestra región y, en particular, de Panamá? ¿Qué podemos hacer para fortalecer nuestra resiliencia energética y mitigar sus potenciales impactos?

Antes de responder estas preguntas, es prudente que revisemos a continuación, algunos conceptos fundamentales sobre este patrón climático recurrente:

El Niño-Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés), es uno de los fenómenos climáticos más importantes y estudiados del planeta debido a su capacidad para modificar la circulación atmosférica mundial.

El ENSO es un patrón climático cíclico global que se observa en el Océano Pacífico tropical (ecuatorial). Aunque ENSO es un fenómeno climático único, tiene tres estados o fases que pueden durar entre 2 y 7 años: El Niño, La Niña y ENSO-Neutral. El Niño se caracteriza por un calentamiento del centro y el este del Océano Pacífico tropical, mientras que La Niña se caracteriza por un enfriamiento de la misma región. La fase ENSO-Neutral se da cuando no hay presencia ni de El Niño ni de La Niña, y las temperaturas se aproximan a la media.

Las agencias meteorológicas internacionales utilizan varios indicadores para determinar la presencia de las distantes fases de ENSO. Entre los principales indicadores se encuentran la temperatura de la superficie del mar, el comportamiento de los vientos, las nubes y las precipitaciones. Estos indicadores se utilizan para determinar la presencia de las diferentes fases de ENSO en las llamadas regiones Niño (Niño 1+2, Niño 3, Niño 3.4 y Niño 4) ubicadas en una zona del Pacífico tropical.

Las fases de ENSO se clasifican en cuatro categorías según su intensidad: débil, moderada, fuerte y muy fuerte. Cada categoría se define en función del calentamiento o enfriamiento del Océano Pacífico tropical y su duración.

Debido a la complejidad de los procesos climáticos, ENSO solo explica una parte del comportamiento del clima, de hasta un 30%, ya que hay otros factores y modos de variabilidad climática que también influyen.

Aunque ENSO no provoca directamente fenómenos meteorológicos, puede influir en la probabilidad de que ocurran eventos como sequías, inundaciones, ciclones tropicales y cambios en los rendimientos agrícolas. En este sentido, los científicos han podido identificar patrones estacionales asociados a ENSO en variables climáticas como las precipitaciones y la temporada de huracanes o ciclones.

En términos de precipitaciones, durante El Niño, se espera que Panamá y otros países de la región experimenten una disminución en las lluvias. Esto puede tener consecuencias negativas para la agricultura y la disponibilidad de agua, lo que afectaría la producción de alimentos, el suministro de agua potable, el transito de los buques por el Canal y la producción hidroeléctrica.

En cuanto a la actividad ciclónica, durante El Niño se espera que haya una disminución en la formación de tormentas y huracanes en el Atlántico, mientras que en el Pacífico oriental, incluyendo el Golfo de Panamá, podría haber un aumento en la actividad ciclónica. Esto significa que Panamá podría verse afectado por un mayor número de tormentas y huracanes durante la temporada de huracanes.

Adicionalmente, El Nino provoca cambios en el calendario y la intensidad de la temporada de lluvias. La temporada seca en Panamá suele ir de diciembre a abril, pero durante El Niño puede empezar antes o durar más. La temporada de lluvias también puede ser más intensa, lo que puede provocar inundaciones y corrimientos de tierra. Por ejemplo, este año 2023 no ha habido aportes de frentes fríos durante la estación seca; y el inicio de la estación lluviosa de 2023 se ha retrasado hasta finales de mayo, lo que significa una estación seca anormal de unos 6 meses.

Asimismo, durante El Niño, las temperaturas tienden a ser más altas de lo normal. Las temperaturas más altas también pueden afectar la demanda de energía, ya que se requerirá más uso de sistemas de enfriamiento, lo que podría ejercer presión sobre el suministro eléctrico.

Ante estos posibles impactos de El Niño, es importante que la industria energética y las autoridades tomen medidas para fortalecer la resiliencia energética y mitigar sus efectos. Algunas acciones que se pueden tomar incluyen:

  • Diversificación de la matriz energética: Reducir la dependencia de una sola fuente de energía, especialmente si está vinculada al clima, como la hidroeléctrica. La diversificación hacia fuentes renovables, como la energía solar y eólica, puede ayudar a garantizar un suministro más estable y resistente a las variaciones climáticas.

  • Mejora de la gestión del agua: Dado que El Niño puede desencadenar sequías o inundaciones, es esencial mejorar la gestión del agua. Esto implica implementar medidas de conservación y eficiencia hídrica, así como desarrollar sistemas de almacenamiento y distribución de agua más resilientes. Una gestión adecuada del recurso hídrico asegurará la disponibilidad de agua para la generación hidroeléctrica y otros usos importantes durante periodos de sequía.

  • Promoción de la eficiencia energética: Impulsar medidas para mejorar la eficiencia energética en todos los sectores, incluyendo la industria, los edificios y el transporte. Esto puede ayudar a reducir la demanda de energía, reducir consumo de agua y minimizar la presión sobre estos suministros durante períodos de alta demanda o escasez del recurso. Adicionalmente, la educación y la concienciación del público también son fundamentales para promover prácticas de conservación y un uso responsable del agua y la energía.

  • Fortalecimiento de las infraestructuras: Es fundamental invertir en infraestructuras energéticas robustas y resilientes. Esto implica mejorar la infraestructura de transmisión y distribución, así como implementar sistemas de almacenamiento de energía eficientes. La capacidad de almacenamiento de energía permite mitigar los impactos de la fluctuación de la generación renovable y garantizar un suministro constante durante eventos extremos como El Niño.

  • Planificación y respuesta ante desastres: Es importante que se desarrollen planes de respuesta ante desastres que incluyan medidas específicas para hacer frente a eventos climáticos extremos, como sequías, inundaciones y tormentas. Esto puede incluir la creación de sistemas de alerta temprana, la mejora de la infraestructura de protección contra inundaciones y la implementación de estrategias de respuesta ante emergencias.

  • Fortalecimiento de la cooperación regional: El Fenómeno de El Niño es un desafío que trasciende las fronteras nacionales. Panama debe continuar promoviendo la cooperación regional compartiendo información, buenas prácticas y recursos en la gestión de la energía durante eventos climáticos extremos. El intercambio de conocimientos y experiencias puede ayudar a identificar soluciones innovadoras y fortalecer la resiliencia energética en toda la región. Asimismo, en situaciones extremas, se hace aún más necesario que los países cumplan fielmente las condiciones acordadas en el Tratado Marco que rige la integración de los mercados de la electricidad. Sólo a través del trato recíproco y no discriminatorio fortaleceremos la cooperación y nos haremos una región más resiliente.

Nota: Este artículo ha sido resumido para brindar una visión general de su contenido. Para acceder a la versión extendida del artículo, visite la siguiente dirección: Comprendiendo el Fenómeno El Niño y sus impactos en la Resiliencia Energética de Panamá y Latinoamérica | LinkedIn.  Aquí encontrará información más detallada y completa sobre el tema tratado.